LA LEYENDA DE LA IXTABAY:
Cuenta la leyenda que, en una aldea del estado de Yucatán, hace muchísimos años, vivían dos hermosas niñas, quienes eran hermanas, pero, pese a que desde pequeñas fueron criadas en la misma familia, con los mismos padres y los mismos valores y principios, ellas tenían un carácter y personalidad muy diferente una de la otra. Sus padres razonaban:
– ¿Cómo es posible que los dioses nos hayan dado hijas tan diferentes?, ¿habrán cometido algún error? Aun así, ¡cuidaremos y amaremos a las dos por igual!
Las niñas crecieron, hasta convertirse en mujeres, sus nombres eran Utz-colel y Xkeban, y ya que su aldea era muy pequeña, todos las conocían.
Utz-colel era conocida por ser virtuosa, sagaz y muy inteligente, además de muy bien parecida, pero de corazón frío y cuyo defecto era que jamás mostraba compasión por los demás, no era humilde, ni hospitalaria, ni amorosa, todo lo contrario, siempre hacía alarde de su belleza e inteligencia, no amaba a nadie, ni a su propia familia, incluso consideraba a los demás como inferiores, siempre menospreciando a cualquier hombre que se le acercara. Ella siempre decía:
– Soy una mujer muy bella, inteligente y virtuosa, ningún hombre merece mi compañía, mejor será quedarse sola, pues la realidad es que, ¡nadie me merece!
Por otro lado, estaba su hermana, un poco menor, Xkeban, ella, también tenía una gran belleza, pero a diferencia de Utz-colel, ella era una mujer a la que le gustaban mucho los placeres y se entregaba de lleno a las pasiones carnales, por este motivo, a la gente de la aldea no le agradaba mucho, y siempre tratan de evitarla.
A pesar de eso, ella era de muy buen corazón, y muy piadosa en sus acciones, pensaba mucho en los demás, y ayudaba en cuanto podía; daba comida y ropa a los pobres, cuidaba a los enfermos, e incluso protegía a los animales. Ella siempre decía:
– Hay que hacer lo que a uno le plazca, pues a esta vida se viene a ser feliz, si no, ¿a qué? Debo entregar mi corazón a aquel hombre que me ame, y ayudar a los huérfanos y pobres, pues sé que sólo así, lograré una verdadera satisfacción.
Tristemente un día, a Xkeban le acaeció una enfermedad muy grave, y murió rápidamente, solo la recordaron aquellos a quienes ella amó y ayudó.
Y entonces sucedió algo sorprendente. En el lugar donde le dieron entierro, se llenó de muchas hermosas flores llamadas xtabentun, y con un aroma muy dulce y agradable que se extendía a una gran distancia.
La gente le contó esto a su hermana Utz-colel, y ella no pudo creerlo, hasta que personalmente se acercó a ver y a oler aquella deliciosa fragancia que emanaba de la tumba de su hermana. Utz-colel pensó “Esto no es posible, mi hermana llevó una vida nada honrosa, entonces, ¿por qué pasó esto? No puedo explicarlo, pero bueno, seguramente el día que yo muera, la cantidad de flores que salgan en mi tumba será mayor, y el aroma que emane, será todavía más agradable.
Pasaron los años y Utz-colel murió eventualmente, pero no resultó tal como ella esperaba, la gente la lloró y la sepultó, pero al día siguiente de su muerte, su tumba no estaba llena de flores como ella había imaginado, sino estaba llena de cactus y horribles plantas espinosas llamadas tzacam, además, emanaba un olor muy fuerte y desagradable, olor a podrido.
Sucedió entonces que el espíritu de Utz-colel desde el Xibalba, se dio cuenta de lo que había sucedido, no quedando tranquila con eso y enfurecida, invocó a los espíritus malignos, para que le ayudaran a regresar al mundo de los vivos.
Los espíritus le contestaron:
– Al mundo de los vivos puedes volver, pero no tal cual existías, tu nombre ahora será Xtabay, y estarás condenada a rondar el sagrado árbol de Ceiba, con una maldita misión.
Y así sucedió, Utz-colel pudo volver al mundo de los vivos en forma de Xtabay, y al respecto, hay quienes aseguran que el espíritu malvado de esta mujer vive entre hierbas espinosas que se dan alrededor del tronco de la Ceiba, no porque la Ceiba sea mala, todo lo contrario, es para mostrar la gran diferencia entre el bien y el mal, lo sagrado de la Ceiba, y lo maldito de los espinos. Y por que es precisamente en las raíces de la Ceiba, donde Xtabay emerge del mundo de los muertos al mundo de los vivos.
Por lo tanto, cuenta la leyenda, que hay que ser muy cuidadoso si viajas por un camino por la selva, o por cualquier lugar donde se encuentre una Ceiba, sobre todo si lo haces solo o por la noche, pues puedes encontrarte con una mujer muy hermosa peinándose su larga cabellera con espinas de cactus, ¡no debes detenerte a mirarla!, pues te hechiza, te enamorará y te sumirá en un profundo sueño del cual tal vez nunca despiertes.