En esta entrevista, la Licenciada en Psicología Cinthia Nava Castañeda, colaboradora de CISEE A. C., comparte su experiencia y conocimientos sobre el trabajo con niños dentro del espectro autista. A través de una visión cercana y humana, aborda temas como las señales tempranas del autismo, los enfoques terapéuticos más efectivos, la importancia de la intervención oportuna y el papel fundamental de la familia y la escuela en el desarrollo integral de estos niños. Su testimonio nos invita a mirar más allá del diagnóstico y reconocer el valor, la sensibilidad y las capacidades únicas de cada niño.
La psicóloga comparte su experiencia trabajando con personas dentro del espectro autista, destacando que conocerlas en la práctica es muy distinto a lo que se aprende en teoría.
Subraya la importancia de verlas como personas con capacidades y necesidades únicas.
Señales tempranas de autismo:
En bebés y niños pequeños se detectan por retrasos en el desarrollo (no sostener la cabeza, gatear o hablar a tiempo), falta de contacto visual, alteraciones en el sueño, y dificultades en la alimentación. Más adelante, se observan dificultades para socializar, berrinches, problemas de autorregulación emocional y actitudes autolesivas.
Enfoques terapéuticos eficaces:
Recomienda terapias conductuales acompañadas de apoyo emocional, siempre involucrando a la familia de forma activa y consciente.
Importancia de la intervención temprana:
Es fundamental para un mejor pronóstico. Muchas familias desconocen señales importantes desde el embarazo o nacimiento, por lo que el acompañamiento profesional temprano es clave.
Consejos para familias:
Crear estrategias personalizadas y flexibles, basadas en la observación y comunicación honesta con el terapeuta. La constancia en aplicar las herramientas en casa es esencial para ver avances.
Inclusión escolar:
Aunque hay avances, muchas escuelas, especialmente públicas, aún no están completamente preparadas. Algunas muestran interés y buscan apoyo externo, pero falta formación especializada. Lo mismo aplica para los docentes, donde el compromiso individual marca la diferencia.
Experiencias significativas:
Ha logrado conectar profundamente con sus pacientes, incluso aquellos con dificultades para socializar. Lo que más la ha marcado es verlos expresarse, socializar, abrazar, y ser capaces de sostener una conversación.
Mito a desmentir:
El más urgente es que las personas con autismo no pueden socializar. La realidad es que sí buscan interactuar, pero necesitan el espacio, apoyo y respeto adecuados.
Mensaje final a la comunidad universitaria:
Pide a los futuros profesionales que validen a cada persona con autismo como paciente y como ser humano, dándoles su lugar, escuchándolos y tratándolos con paciencia, respeto y tiempo suficiente.